NP apoya la evacuación médica segura para civiles heridos en Sudán del Sur
Por Laura, oficial de protección infantil de Nonviolent Peaceforce
Una tarde de abril, dos jóvenes llegaron a la puerta del complejo en el que nos alojábamos en Sudán del Sur. Caminaron 16 horas para recibir atención médica después de recibir un disparo en el campamento de ganado en el que trabajaban. Fueron atrapados en un ataque de venganza entre subclanes. Uno recibió un disparo en el abdomen y al otro una bala le rozó la cabeza. Si bien la herida en la cabeza parecía ser superficial, se desprendió una astilla de hueso que le hizo perder la visión. Con suministros médicos limitados, los médicos y la enfermera se apresuraron a tratar a estos jóvenes.
Era obvio que necesitaban un nivel de atención superior al que podía brindar la unidad de atención médica de respuesta a emergencias. Como no podían ser evacuados de inmediato, les preguntamos si había algún lugar donde pudieran pasar la noche. Uno de los niños tenía un pariente en la ciudad que se ofreció como voluntario para acogerlos. Antes de acompañarlos a la ciudad, exploramos minuciosamente los posibles riesgos de acompañar a estos jóvenes a un área controlada por el gobierno.
Durante las próximas 24 horas, nuestro equipo de NP se coordinó con la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja (CICR) para llevar a los niños a un hospital con capacidad quirúrgica. Inicialmente se hicieron planes para llevarlos al hospital militar de Juba. Sus familiares apoyaron este plan porque querían que recibieran atención médica inmediata. Sin embargo, NP reconoció que nadie les había pedido su opinión a los niños, así que hablamos con ellos para ver si se sentían seguros y cómodos yendo al hospital de Juba. Uno de los niños dijo que sabía que estaba en muy mal estado y necesitaba intervención médica, pero que no quería ir a un hospital militar donde su vida estaría en peligro. Si fuera su elección, se quedaría sin tratamiento médico. El otro se hizo eco de un sentimiento similar.
Debido a esta discusión, las familias reflexionaron sobre los riesgos de seguridad que los jóvenes podrían encontrar en Juba. Como joven nuer involucrado en la crianza de ganado, las familias se dieron cuenta de que los niños no estarían a salvo en un hospital militar del gobierno, ya que serían presuntos asociados de las fuerzas de oposición en el conflicto. La evacuación médica fue cancelada. A falta de otras posibilidades, NP contactó a otros socios para ver si había otros lugares a los que pudieran ser llevados, ya que los niños aún necesitaban atención médica urgente. Al día siguiente, el estado del niño con la herida en la cabeza se estaba deteriorando significativamente. Los fluidos que se escapaban de la herida de su cabeza aumentaban la presión sobre su cerebro. El otro niño, con tres costillas rotas y una herida de bala en el abdomen, respiraba con mucha dificultad.
El CICR volvió a llamar a nuestro equipo de NP y se ofreció a desviar un vuelo para llevar a los dos niños a otro hospital con un equipo quirúrgico completo. Inmediatamente, nos dirigimos hacia donde se hospedaban los chicos. Discutimos con ellos y su familia los detalles y la relativa seguridad de esta opción. Ambos jóvenes acordaron ir al instante. La familia solicitó que se permitiera que un cuidador los acompañara, especialmente porque el que tenía la herida en la cabeza no podía ver. Hubo algunas idas y venidas, pero después de una cuidadosa planificación, la evacuación médica se programó para la mañana siguiente.
Mientras observábamos el despegue del avión con los dos niños, la familia expresó su agradecimiento por el enfoque de NP para organizar la evacuación. Uno de los familiares del niño dijo: “Podrías habernos dicho que los enviáramos a Juba, pero querías garantizar su seguridad”. Otro pariente dijo: “Agradecemos que también nos haya recordado que nos concentremos en sus necesidades y deseos, no solo en obtener atención médica”. Esto encarna el principio de NP de centrarse en la primacía de los actores locales. Apoyamos y empoderamos a las personas para que tomen sus propias decisiones sobre su seguridad y bienestar. Nuestro trabajo es proporcionar opciones informadas a las personas para que puedan tomar esas decisiones. Un mes y medio después, NP recibió la noticia de que ambos jóvenes habían sido tratados con éxito y dados de alta del hospital. Actualmente están en camino a sus pueblos de origen.