Reactivar la educación en medio del conflicto: la historia de Merwa
Construyendo soluciones lideradas por la comunidad en el condado de Merwa Kajo Keji
Tras un brote de violencia entre grupos armados en Kajo Keji en 2017 y 2018, miles de civiles huyeron de la zona en busca de seguridad. Muchos se trasladaron a Uganda, mientras que otros buscaron refugio en zonas vecinas o en el bosque. Merwa, cerca de la frontera entre Sudán del Sur y Uganda, es una de las zonas boscosas donde se asentaron los civiles desplazados de Kajo Keji. No hay acceso por carretera para llegar a Merwa y se necesitan dos horas a pie para llegar a la ciudad más cercana, Kochi, en Uganda.
Desafíos que enfrentan los civiles desplazados en Merwa
En diciembre de 2018, el equipo móvil de NP visitó Merwa y se enteró de que los servicios humanitarios no habían llegado a los cientos de civiles desplazados. Solo podían acceder a tiendas, centros de salud y otros servicios esenciales en Uganda si podían afrontar los costos de estos bienes y servicios y podían soportar las dos horas de caminata de ida y vuelta. El equipo también observó que cientos de niños de la comunidad desplazada carecían de acceso a la educación. Si bien algunas familias podían permitirse enviar a sus hijos a las escuelas ugandesas, la gran mayoría esperaba que los socios humanitarios llevaran servicios educativos a Merwa.
Al regresar a Juba, el PN elaboró un informe de evaluación de las necesidades humanitarias, en el que se destacaban las necesidades urgentes de Merwa, entre ellas la educación, la protección, el agua, el saneamiento y la higiene (WASH), la salud y la nutrición. Entre las preocupaciones en materia de protección figuraban la ocupación de estructuras civiles por parte de las fuerzas armadas, su proximidad a zonas civiles y los altos niveles de violencia doméstica y embarazo precoz. Este informe se compartió con el grupo de protección y otros socios humanitarios, y se instó a que se diera una respuesta rápida a las necesidades apremiantes de la comunidad.
Capacitación en consulta y protección comunitaria
En febrero de 2019, el IPMT regresó a Merwa y se reunió con representantes de la comunidad en una iglesia cercana en Kochi, Uganda. La comunidad de acogida ugandesa había cedido esta zona a la comunidad desplazada, donde habían construido una iglesia que también servía como centro comunitario. Los dirigentes informaron de que se habían producido mejoras mínimas desde la visita anterior, lo que refuerza la necesidad de seguir recibiendo apoyo.
En respuesta a la vulnerabilidad identificada de la población, en particular de los niños, NP organizó una capacitación de un día sobre protección comunitaria, que hizo hincapié en la protección infantil, con 31 líderes y miembros de la comunidad (18 hombres y 13 mujeres). Durante la capacitación, NP y la comunidad analizaron cuestiones relacionadas con la protección y diseñaron estrategias de respuesta comunitaria adaptadas al contexto.
En octubre de 2019, el IPMT llevó a cabo una misión de seguimiento en la zona metropolitana de Kajo Keji. El equipo viajó a la ciudad de Kochi y se reunió con los líderes de Merwa en la misma iglesia comunitaria. El equipo observó que la comunidad había establecido una escuela primaria en la iglesia a la que los civiles traían a sus hijos de Merwa todos los días. La escuela contaba con profesores voluntarios que enseñaban a leer, escribir y contar.
Según un líder de la comunidad local, después de la capacitación sobre protección infantil impartida por el IPMT, la comunidad celebró una reunión y debatió cómo abordar el acceso a la educación para sus hijos. A través de la capacitación y el debate posterior, se dieron cuenta de que también pueden explorar soluciones locales mientras esperan la respuesta humanitaria. Como resultado de la reunión, la comunidad acordó contribuir y establecer una escuela básica.
Impacto en la educación
En noviembre de 2019, la escuela tenía 76 niños matriculados (40 niños y 36 niñas) y la comunidad siguió dirigiendo la escuela gracias a donaciones voluntarias. NP organizó una actividad en un espacio seguro para niños en el que los niños participaron en debates sobre habilidades para la vida, actividades recreativas y canciones tradicionales sobre temas como la amistad y la higiene personal.
La creación de una escuela para la comunidad Merwa demuestra los impactos positivos que pueden tener las comunidades cuando se crea un entorno propicio para reunirse a fin de identificar las preocupaciones de la comunidad y se les capacita para idear soluciones y liderar la respuesta comunitaria.