La historia de una sobreviviente: la amenaza y la resiliencia
Cómo abordar la violencia de género mediante una coordinación humanitaria eficaz

Una madre de tres hijos, de 28 años, que vivía con la familia de su marido en el Sitio de Protección de Civiles de las Naciones Unidas en Bentiu (POC), había sido agredida físicamente y amenazada continuamente por su marido.
El 6 de diciembre de 2019, el Equipo de Respuesta Beyond Bentiu de Nonviolent Peaceforce (NP) en el condado de Rubkona recibió una solicitud del Grupo de Protección para responder a un caso de violencia de género y brindar apoyo a una sobreviviente cuya vida estaba en riesgo.
Mientras el marido estuvo ausente durante tres años, su esposa y sus hijos vivían en el POC, principalmente con el apoyo de su primo. Al regresar al POC después de años de ausencia, el marido acusó a su esposa de infidelidad y amenazó con quitarle la vida.
Brechas en la protección
Las amenazas de muerte del marido obligaron a la esposa a mudarse de la casa familiar de su marido para garantizar su seguridad y la de sus hijos.
El esposo la buscó en el POC pero no pudo localizar a su esposa ni a los niños hasta que se enteró de que ella había visitado un hospital con su hijo menor. El esposo llegó al hospital, accedió al interior de las instalaciones médicas y agredió físicamente a su esposa y a un miembro del personal médico internacional presente en el lugar.
Con la ayuda de los guardias del hospital, el equipo médico logró sacar al hombre de las instalaciones y llamar a la policía de las Naciones Unidas. Aunque la policía llegó al lugar y detuvo al hombre, fue puesto en libertad al día siguiente debido a su discapacidad.
Tan pronto como fue liberado, el hombre regresó al hospital y continuó amenazando al personal médico y a su esposa.
La respuesta a este incidente resultó ineficaz y demostró la necesidad de examinar más a fondo cómo se debe tratar a los delincuentes con discapacidad en el POC. NP planteó esta preocupación al grupo de protección y seguirá dándole seguimiento y brindándole apoyo según corresponda.
Respuesta coordinada: alianzas para la seguridad
Después del incidente, la sobreviviente dijo que quería abandonar el POC debido al riesgo para ella y sus hijos, y regresar a la casa de su hermano en Southern Unity, a 3,5 horas en auto del POC.
El papel de NP era garantizar la protección y seguridad de la sobreviviente y sus hijos. Por lo tanto, del 6 al 11 de diciembre de 2019, el equipo de NP coordinó con socios del Clúster de Protección y proveedores de salud para desarrollar un plan para trasladar a la mujer y sus hijos a un lugar seguro.
El traslado de la familia desde el lugar de interés sin que el marido lo detectara y para entonces pasaba todos los días fuera del hospital esperando a que ella fuera dada de alta, resultó ser un desafío y requirió una coordinación y cooperación efectivas entre todos los socios involucrados.
El socio sanitario aceptó mantener a la mujer en el hospital por su seguridad mientras se elaboraba el plan para trasladar a la familia a un lugar seguro. NP se reunió con la mujer varias veces para informarla y buscar su aprobación para el plan en desarrollo, mientras se reunía con la Sección de Socorro, Reintegración y Protección de la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur (RRP), el Departamento de Seguridad de las Naciones Unidas (UNDSS) y la Policía de las Naciones Unidas (UNPOL), que gestionan el POC, para asegurarse de que están al tanto del caso y apoyarían a NP en su ejecución.
Éxito: Acompañamiento protector en acción
El 12 de diciembre de 2019 se inició el traslado según lo previsto. El personal de NP esperó hasta que oscureció y recibió a la mujer en la puerta del hospital donde ella y su hijo estaban recibiendo tratamiento. La sobreviviente y dos integrantes del equipo de PN que la acompañaron a pie se cubrieron la cabeza y el rostro para evitar ser identificadas. Entraron al POC y caminaron hasta un lugar donde se escondían los dos hijos de la sobreviviente.
Mientras tanto, el resto del equipo de la Policía Nacional siguió al grupo en el vehículo a distancia, observando cualquier amenaza potencial. Una vez que las mujeres estuvieron cerca del bloque donde se escondían los niños, el vehículo de la Policía Nacional se dirigió a una de las puertas cerca del perímetro y esperó. Luego, el vehículo de la UNPOL también se dirigió al sector para supervisar la situación.
Cuando las mujeres recogieron a los niños sanos y salvos, el grupo se reunió con NP en el punto acordado y procedió a salir de la puerta de acceso humanitario aproximadamente a las 8:30 p.m. Los guardias del POC, que habían sido informados con antelación, permitieron que el vehículo del NP saliera sano y salvo del POC.
Al día siguiente, NP llevó a la familia a un pueblo en un convoy de otro socio humanitario, donde el socio nacional recibió al equipo y llevó a la mujer y a los niños en la última etapa del viaje. Como todos los socios cumplieron bien su parte, el acompañamiento protector se completó con éxito y la familia llegó sana y salva a su destino final.
Fortalecimiento de la prevención de la violencia de género y el cambio de comportamiento
En el futuro, NP seguirá haciendo un seguimiento del caso para garantizar que la familia permanezca segura y pueda acceder a la asistencia humanitaria si es necesario. Para fortalecer la prevención de la violencia de género, NP seguirá creando conciencia en el condado de Rubkona, con especial atención al cambio de comportamiento de los hombres hacia las mujeres.