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Caminos pavimentados y caminos para el futuro: Equipo de Mujeres por la Paz en Hardan, Sinjar
Hardan, un pequeño pueblo enclavado en Sinjar, Ninewa, Irak, es el hogar de una resistente comunidad yazidí. Sin embargo, el trauma que dejó la brutal invasión del ISIS entre 2014 y 2017 sigue poniendo en peligro la paz y la unidad de este pueblo unido. La ocupación del ISIS dejó cicatrices en Hardan, destruyendo infraestructuras vitales y sembrando profundas divisiones.
Entre los yazidíes de Hardan, algunos empezaron a asociar a los árabes suníes de su comunidad con vínculos con el ISIS, lo que tensó aún más el tejido social. La falta de servicios esenciales (electricidad, agua y reparación de carreteras) ha profundizado las frustraciones dentro de la comunidad yazidí, y esto alimenta aún más el resentimiento hacia la comunidad árabe sunita, que se percibe como la que tiene mayor acceso a esos recursos. Estas necesidades no atendidas perpetúan los ciclos de tensión y obstaculizan los esfuerzos por reconstruir la paz y la cohesión social.
Aunque reconstruir Hardan después de la ocupación del ISIS ha sido una batalla cuesta arriba, mujeres como Dima* y Zina* están tomando una postura. Como miembros del Equipo de Paz de Mujeres (WPT) en Hardan, entrenadas por NP, están liderando esfuerzos para reconstruir su aldea a través de la promoción y el diálogo.
Equipado con las habilidades adquiridas en el entrenamiento de NP en Protección Civil Desarmada, Dima decidió enfrentar estos desafíos de frente.“Antes no tenía ninguna responsabilidad hacia mi comunidad”,Ella compartió.“Pero ahora siento que mi comunidad es mi hogar y tengo la confianza de que puedo cambiarla para mejor”.
El WPT identificó a los actores clave (líderes locales, mukhtars, funcionarios municipales y policía comunitaria) para abordar la falta de servicios básicos y la infraestructura devastada de Hardan.
Perseverando a través de los desafíos
Decidida a solucionar la falta de agua, electricidad y reparación de carreteras en Hardan, la WPT comenzó sus actividades de promoción en la ciudad de Sinuni (el centro administrativo de Hardan). Sin embargo, pronto se enteraron de que estos servicios estaban bajo la jurisdicción del Departamento de Aldeas y Áreas Rurales, ubicado a 130 km de distancia, en Mosul. Esta constatación trajo consigo nuevos desafíos.
“Estábamos preguntando y quejándonos por la falta de servicios, pero no estábamos llegando a la persona adecuada”,Compartió Zina.
Las normas culturales de Hardan suelen disuadir a las mujeres de viajar o participar en espacios públicos, pero el WPT se mantuvo firme. Con el apoyo del NP, se atrevieron a reunirse con el alcalde de Sinjar, un paso decisivo hacia el progreso. El alcalde escuchó atentamente sus preocupaciones y se comprometió a actuar, coordinándose con los departamentos pertinentes de Mosul. Esto marcó un punto de inflexión.
“Fuimos sobrevivientes y ahora somos líderes”Zina reflexionó.“No teníamos conocimientos sobre Protección Civil Desarmada y nuestro método de exigencia era violento e inútil; ahora hablamos en paz y logramos el objetivo”.
Diálogo hacia resultados


Tras la reunión, el Departamento de Aldeas y Áreas Rurales comenzó a planificar la reparación de las carreteras, mientras que el Departamento de Aguas evaluó los pozos secos de Hardan. Sus hallazgos impulsaron a una ONG internacional especializada en agua, saneamiento e higiene (WASH) a intervenir y obtener fondos para restaurar los recursos hídricos de Hardan.
El WPT no se detuvo allí. Hicieron un seguimiento con los funcionarios de Mosul, consolidaron las relaciones y se aseguraron de que las reparaciones de las carreteras y las iniciativas relacionadas con el agua siguieran adelante. Dima, Zina y los demás miembros del WPT se emocionaron al saber que los planes para comenzar las obras de desarrollo en Hardan estaban en marcha y que pronto se tomarían medidas para pavimentar las carreteras de Hardan.
“No pensé que un día, como mujer, podría defender personalmente a mi comunidad y conocer a las personas más importantes del gobierno”, compartió Dima.
Los esfuerzos del WPT han provocado un efecto dominó: al construir fuertes conexiones con las autoridades, no solo aseguraron servicios esenciales para Hardan, sino que también desafiaron las normas culturales que tradicionalmente excluían a las mujeres de los roles de liderazgo.
Este viaje ha inspirado a otras personas del pueblo, demostrando que el cambio es posible cuando las comunidades se unen con coraje y determinación. De hecho, la iniciativa fue recibida con asombro y gratitud por parte de las mujeres de Hardan, que no podían creer que el cambio estuviera en el horizonte.
Las mujeres de Hardan no son solo sobrevivientes, también son líderes que allanan el camino hacia un futuro más brillante. Si bien el viaje para reconstruir Hardan está lejos de terminar, han demostrado que El cambio es posible cuando las comunidades se unen con coraje y determinación.
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*Todos los nombres han sido cambiados por motivos de privacidad y confidencialidad.