El zorro dejó de llorar por la noche

Por: Mel Duncan

La esperanza ha sido escasa en Sudán del Sur durante los últimos cinco años. Hace dieciocho meses yo (Mel Duncan) escribí:

Las condiciones de paz y seguridad en Sudán del Sur se han deteriorado rápidamente desde julio de 2016. El progreso político ha sido extremadamente limitado... la violencia continúa en todo el país. La situación humanitaria se ha vuelto cada vez más grave, ya que las lluvias y un brote de cólera agravan las matanzas y violaciones masivas de civiles, los límites al acceso humanitario, los desplazamientos masivos, la inseguridad alimentaria y los ataques contra los trabajadores humanitarios. 

Mientras viajaba por el país a principios de diciembre, capté destellos de esperanza en las historias de las personas por primera vez en cinco años. El Proceso de Paz Revitalizado está teniendo un impacto. La gente informó que las carreteras son más seguras. Están surgiendo más tiendas. Algunas personas desplazadas están regresando a sus hogares. Los grupos armados están secuestrando a menos niños. La gente se queda fuera más tarde en la noche. Los soldados de la oposición desarmados pueden visitar algunas ciudades controladas por el gobierno y no ser atacados ni arrestados. Una gran multitud inesperada acudió a la manifestación por la paz en Juba el 31 de octubre de 2018. La gente está cansada de la guerra.  

Cuando le pregunté al Equipo de Protección de la Mujer en Bentiu qué tenía de diferente este acuerdo en comparación con intentos fallidos anteriores, una mujer exclamó: “¡Perdón!”. Más tarde una mujer desplazada interna me dijo: “el zorro dejó de llorar por la noche”. Eso significa que los animales han dejado de gemir de miedo, una señal de que se acerca la paz.

El proceso es muy frágil. Muchos spoilers acechan en la hierba alta. Una brutal violación en masa tuvo lugar mientras yo estaba allí. Los grupos armados siguen reclutando. La mayoría de los detalles principales del acuerdo de paz siguen sin resolverse. Los especuladores todavía se están enriqueciendo con esta guerra.

Nuestros equipos enfrentan un desafío difícil mientras trabajan con las comunidades locales para ayudar a estabilizar los cimientos de la paz. Estaremos apoyando a los Equipos de Protección de la Mujer, que ahora suman más de cuarenta, para que sus voces sean incluidas en el proceso de paz. La semana antepasada vi a seis de estos equipos reunirse para una conferencia de defensa en Juba, un lugar que muchos visitaron por primera vez.

Estas representantes de seis de los Equipos de Protección de la Mujer se reunieron para insertar sus voces en el proceso de paz. Si bien los grupos de la sociedad civil en la capital están intensificando su participación, existe un abismo entre Juba y muchas de las otras áreas del país.

Fue extraordinario ver a mujeres que habían sido tratadas como propiedad dándose cuenta de su agencia. “Sudán del Sur es nuestro. Nadie puede venir de afuera e imponer la paz”, aseveró otro delegado.

Las mujeres, que pasaron dos días preparándose para la conferencia, rompieron su aislamiento cuando supieron que otras mujeres en todo el país compartían sus problemas. “La violación también les sucede a ellos”. Sus demandas incluían una red nacional de mujeres que se reunirían en varias partes del país, el fin de la violencia de género y el fin del tribalismo por encima de la unidad nacional.

Durante años, NP ha trabajado para ayudar a construir y apoyar una base que pueda sostener la paz. Y en esta reunión vi la fundación transformándose justo frente a mí. Como describió una mujer: “Nos formamos a nosotros mismos y luego NP viene y nos apoya”.

Sin duda habrá más violencia y sufrimiento, pero las mujeres están aprendiendo que no tienen que soportarlo solas en silencio. Pueden organizarse colectivamente, compartir sus experiencias y cambiar su realidad. “Somos nosotros quienes podemos crear un Sudán del Sur pacífico”, concluyó otro delegado. Han llegado demasiado lejos y han dado demasiado para dar marcha atrás ahora. 

Si bien hay muchos detalles desconcertantes, partes móviles e intereses opuestos, esta paz que este país está viendo y que sus mujeres están exigiendo, se basa principalmente en personas valientes que se unen para defender y hacer que los funcionarios públicos rindan cuentas. Las personas que forjan la esperanza y ofrecen el perdón sostendrán la paz. El pueblo de Sudán del Sur ha demostrado una resistencia notable, pero no sé cómo podrían soportar más sufrimiento y derramamiento de sangre si la guerra estalla nuevamente. La falsa esperanza es más cruel que la falta de esperanza. Sin embargo, ese no es nuestro llamado. Estamos allí para apoyar a las personas mientras navegan por sus propias realidades. Ayudemos a mantener al zorro en silencio por la noche.