Un enfoque de “no hacer daño” para la participación comunitaria: lecciones para la protección de civiles por parte de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU
Clip de prensa Fuente: Instituto Internacional de la Paz
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El compromiso de la comunidad ha sido reconocido como una herramienta fundamental para fortalecer los enfoques centrados en las personas para el mantenimiento de la paz y la protección de los civiles. El enlace con las poblaciones locales permite a las fuerzas de mantenimiento de la paz identificar mejor las necesidades de protección, mejorar la alerta temprana y diseñar planes de protección efectivos y personalizados. También es clave para calmar las tensiones a través de la mediación y el diálogo. Sin embargo, la participación de la comunidad, cuando no se diseña e implementa cuidadosamente, también puede poner a las poblaciones civiles en riesgo de exposición y represalias, o inadvertidamente alimentar los factores políticos, económicos y sociales del conflicto.
El 9 de septiembre, el IPI, junto con los coanfitriones de Nonviolent Peaceforce y la Misión Permanente de los Países Bajos ante la ONU, realizaron una mesa redonda a puertas cerradas con representantes de la ONU, los estados miembros y organizaciones de la sociedad civil para reflexionar sobre estos riesgos e identificar lecciones y buenas prácticas de diferentes operaciones de mantenimiento de la paz. La sesión ofreció varias perspectivas provenientes de la ONU, ONG y otras organizaciones humanitarias sobre diferentes enfoques para la participación comunitaria y, en particular, sobre el enfoque de "no hacer daño" para la participación comunitaria.
La discusión de dos horas se llevó a cabo bajo la regla de no atribución de Chatham House y fue moderada por la Dra. Namie Di Razza, investigadora sénior del IPI y directora del programa de Protección de Civiles del IPI. Los comentarios de apertura estuvieron a cargo de Mark Zellenrath, Representante Permanente Adjunto de los Países Bajos ante las Naciones Unidas.
Los participantes exploraron una amplia gama de riesgos potenciales asociados con la participación de la comunidad. Primero discutieron los riesgos de represalias por parte de grupos armados o actores estatales que pueden atacar a civiles por su supuesta “colaboración” con la ONU, o tratar de disuadirlos de denunciar abusos y violaciones de derechos humanos. También examinaron la distinción entre compromiso comunitario e inteligencia para el mantenimiento de la paz, y metodologías específicas para evitar hacer daño, proteger las fuentes y apoyar las capacidades y la voz de las comunidades locales. Los participantes también consideraron los riesgos y desafíos inducidos por el COVID-19, incluida la necesidad de reducir el contacto con las poblaciones locales para prevenir la propagación del virus, y compartieron perspectivas innovadoras para adaptar los enfoques de participación comunitaria.
Los puntos clave fueron:
- La protección de los civiles es un mandato de toda la misión y, en consecuencia, todas las secciones de la misión deben comprometerse con la comunidad de manera integrada, incluido el personal civil, policial y militar.
- La capacitación es fundamental para garantizar la capacidad de todos los componentes de las misiones para interactuar con las comunidades de manera segura y profesional.
- A pesar de los esfuerzos de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU para cumplir con los estándares de "no hacer daño", crear un entorno protector en el que múltiples actores diplomáticos, de ONG y estatales interactúen con las comunidades a través de sus propios canales puede ser un desafío importante. Las comunidades pueden correr el riesgo de sufrir represalias por parte de una amplia gama de actores que interactúan con ellas.
- Es importante distinguir la inteligencia de mantenimiento de la paz y el compromiso de la comunidad para fines de protección de civiles (PoC). La participación de la comunidad tiene múltiples objetivos, desde recopilar información hasta facilitar el diálogo político, la mediación y la consolidación de la paz. La inteligencia de mantenimiento de la paz, cuyo objetivo es mejorar la conciencia situacional de las misiones, se deriva del análisis de la información proveniente de una amplia gama de fuentes, que pueden incluir fuentes humanas, pero en su mayoría son datos de fuente abierta.
- La participación de la comunidad no es una calle de sentido único y no debe reducirse a métodos extractivos de recopilación de información. Las comunidades deben ser consideradas como participantes activos a quienes se les debe otorgar propiedad sobre el diseño de estrategias de protección efectivas.
- Dado que las misiones deben reducir su interacción con las comunidades para mitigar los riesgos de propagación de la COVID-19, las nuevas formas de trabajo han brindado la oportunidad de probar la solidez de las herramientas de participación comunitaria establecidas en el pasado y de fortalecer el uso de plataformas digitales para facilitar el diálogo. y compromiso. Sin embargo, también existen riesgos inherentes en el uso de tecnologías, que pueden convertirse en armas para la vigilancia digital o, sin darse cuenta, terminar empoderando a grupos de élite con un acceso más fácil a las tecnologías.
La discusión tuvo como objetivo informar el próximo trabajo de investigación del IPI sobre participación de la comunidad y la protección de civiles en contextos de mantenimiento de la paz, que se publicará este otoño.