Acompañamiento de personas obligadas a huir

Familias haciendo cola para subir al autobús

Imagina tener que huir de tu casa. Para irte solo con la ropa que llevas puesta. Dejar atrás tus pertenencias sin saber dónde terminarás.

Esa era la situación en Irak. Temiendo por sus vidas, casi 6 millones de iraquíes huyeron de sus hogares en 2013 y 2014. Según la Oficina Internacional de Migraciones, al 31 de agosto de este año, 1,6 millones de personas siguen desplazadas, cientos de miles en campos de desplazados. Al declarar la victoria sobre ISIS en 2017, el gobierno iraquí comenzó a cerrar los campamentos. Desde fines de agosto, 3200 civiles fueron trasladados, a menudo con poca notificación e información, desde los campamentos en el noroeste de Irak, un área donde está trabajando Nonviolent Peaceforce.

Devolver a las personas a su zona de origen en Irak es muy complicado y puede resultar peligroso. Muchos de los retornados no son bienvenidos en sus hogares. En un pueblo no muy lejos al sur de Mosul, la gente apedreó un autobús lleno de retornados. La comunidad percibía que los retornados, que estaban compuestos en su mayoría por hogares encabezados por mujeres (viudas e hijos), tenían una afiliación con ISIS. La comunidad no quería su reintegración y el bus tuvo que regresar al campamento.

La situación puede ser sombría para aquellos que logran regresar a su área de origen. Muchas de las personas a las que Nonviolent Peaceforce (NP) ha ayudado a proteger informan que sus casas se han incendiado. En un momento, a los civiles se les permitió salir con sus tiendas de campaña de los campamentos. Ahora no lo son. Muchos llegaron al campamento sin nada y regresan a casa sin nada.

Una familia recogiendo sus pertenencias antes de subir al autobús.

Escuchar y coordinar.

El papel de NP es escuchar a las personas en los campamentos que se enfrentan al desplazamiento para conocer sus preocupaciones y necesidades, conectarlos con los recursos y servicios necesarios y acompañarlos a su nueva ubicación. Los equipos de NP que trabajan en los campamentos organizan grupos focales para averiguar qué pueden hacer para garantizar su seguridad.

“Los desalojos definitivamente no fueron voluntarios, pero detuvieron los servicios en los campamentos, por lo que la gente se vio obligada a mudarse. Se cortó la electricidad, las tiendas estaban muy, muy calientes y se detuvo la distribución de agua y alimentos”, dijo Jackie*, uno de los miembros de nuestro equipo en Irak.

Partidarios como usted permiten que NP proteja a las personas más vulnerables durante su reubicación. Por ejemplo, el personal de NP se aseguró de que las personas con discapacidades recibieran tiendas de campaña inmediatamente cuando fueran reubicadas y las conectó con vecinos que también podrían cuidarlas.

Los equipos de NP también continúan gestionando casos de protección en medio del caos. Es importante que el equipo continúe haciendo un seguimiento de las personas a las que han ayudado para asegurarse de que todavía estén a salvo. Debido a las relaciones con otras agencias a las que se traslada a las personas, el personal de NP continúa asegurándose de que las personas estén seguras y de que se satisfagan sus necesidades.  

Una mujer discapacitada es transportada al autobús con un carrito improvisado.

Acompañamiento

“Hay poco que podamos hacer para detener los desalojos, pero podemos asegurarnos de que las personas se vayan de manera segura y digna”, dijo Jackie.

Nuestra sola presencia disuade posibles violaciones de derechos humanos. 

Con su apoyo, NP aseguró el pasaje para el regreso de varias familias a su área de origen en el noroeste de Irak. A estas familias se les negaba la entrada a la ciudad. Debido a las relaciones sobre el terreno y la coordinación entre los equipos, la ciudad permitió que los retornados pasaran el puesto de control y regresaran a casa.

Salir de los campamentos y regresar a su zona de origen es solo el primer paso para acabar con el desplazamiento. Nonviolent Peaceforce permanecerá presente para dar testimonio, escuchar, conectarse con los recursos y acompañar a las personas a medida que comienzan el proceso de reconstrucción de sus vidas y comunidades.

Una niña sosteniendo la abaya de su madre antes de ser desalojada del campamento.

*Nombre cambiado