Usted hace posible la protección en Rakhine

El aumento de los combates en Rakhine, Myanmar, ha dificultado que una organización humanitaria local* proporcione
asistencia como alimentos y otras necesidades básicas. La organización humanitaria sabía que necesitaba incorporar más que ayuda en su trabajo: también necesitaba considerar la protección civil.
Pero no sabían por dónde empezar, así que pidieron ayuda a Nonviolent Peaceforce (NP). Sabían que NP tiene personal que proviene y ha trabajado en otros estados afectados por conflictos en Myanmar, utilizando métodos no violentos para unir a las personas para crear sus propias soluciones para protegerse a sí mismas y a sus comunidades.
Cuando NP comenzó a trabajar con la organización humanitaria local, el equipo de NP sabía que las mejores personas para evaluar las necesidades de protección civil serían en realidad los propios civiles de los municipios. Entonces, en enero, NP reclutó y comenzó a capacitar a 14 voluntarios comunitarios sobre cómo evaluar las necesidades de sus propias comunidades.
Como trabajábamos en una comunidad donde ha habido tensiones interétnicas en el estado de Rakhine, NP se aseguró de capacitar a voluntarios de todas las comunidades de la aldea; todas las partes necesitan representación en el proceso para que tenga éxito.
Los voluntarios están aprendiendo que pueden hacer algo, en lugar de esperar a que una organización mejore su protección.
Ya han identificado problemas de protección en la capacitación. Por ejemplo, muchas familias que han sido desplazadas por conflictos violentos ahora están en campamentos o están repartidas entre casas. Y la violencia de género es común a puerta cerrada.
Pero los voluntarios también se están dando cuenta de que hay cosas que pueden hacer para protegerse a sí mismos y a los demás, lo que facilita que el grupo humanitario local brinde asistencia.
Y, a medida que los voluntarios identifican las necesidades de protección por sí mismos, también reconocen la desconfianza entre sus diferentes grupos étnicos, a pesar de que todos viven en los mismos municipios. Para muchos, esta fue la primera vez que tuvieron la oportunidad de estar en la misma sala y escuchar a otros de diferentes grupos étnicos. Pudieron generar empatía y conocimiento: salieron de la habitación reconociendo que todos estaban afectados por el mismo conflicto, incluso si entraron en la habitación mirándose como enemigos.
Gracias por creer en la protección civil desarmada. Su apoyo hace que capacitaciones como estas sean posibles incluso en lugares de difícil acceso como Rakhine, Myanmar.