Protección contra la ciberviolencia de género en Irak
Del 10 al 21 de marzo, representantes de organizaciones de la sociedad civil, ONG, estados miembros de la ONU, agencias y centros de estudios se reunirán en Nueva York para la 69.el edición de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. En esta sesión se revisará la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, centrándose en los desafíos actuales para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.

A medida que la atención mundial se centra en la igualdad de género y la violencia contra las mujeres, La violencia de género en el ciberespacio a menudo se pasa por alto. A partir de la experiencia de Nonviolent Peaceforce en Irak, examinamos cómo se manifiesta este problema, su impacto en las comunidades y los esfuerzos de NP para abordarlo.
¿Qué es la violencia cibernética de género?
ONU Mujeres define violencia cibernética de género (también conocida como “violencia de género facilitada por la tecnología” o Violencia de género transgénero (VGFT) como “cualquier acto cometido, asistido, agravado o amplificado mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación u otras herramientas digitales que resulte o pueda resultar en daño físico, sexual, psicológico, social, político o económico, u otras violaciones de derechos y libertades”. Si bien puede afectar a todos los géneros, impacta de manera desproporcionada a mujeres jóvenes y niñas, y las plataformas digitales se convierten en poderosas herramientas de intimidación, humillación y control. La ciberviolencia de género incluye una variedad de abusos, desde el acoso en línea hasta actos más graves como el abuso sexual basado en imágenes y la ciberextorsión. Aunque está generalizada, a menudo no se denuncia. Estudio de The Economist de 2021 Se encontró que el 381% de las mujeres han experimentado directamente la violencia de género contra las mujeres y el 851% la han presenciado afectando a otras.
¿Cómo se manifiesta la violencia de género en línea en Irak?
En Irak, una de las formas más comunes de ciberviolencia de género es el abuso sexual basado en imágenes (ABI). NP comenzó a trabajar en el sur de Mosul en febrero de 2022, donde nuestro programa identificó rápidamente la extorsión digital como un problema importante, que afectaba especialmente a mujeres jóvenes y niñas. Miembros de la comunidad compartieron su alarmante preocupación por los hombres que extorsionaban dinero o favores sexuales a cambio de proteger la privacidad de mujeres y niñas. Los agresores suelen obtener, compartir o amenazar con compartir imágenes comprometedoras sin consentimiento, utilizando estas amenazas para obligar a quienes las atacan a obedecer. Estas imágenes no son necesariamente explícitas, mostrando desnudos o escenas íntimas, pero en sociedades conservadoras como Qayyarah, donde opera NP, que un hombre posea la imagen de una mujer con hiyab sin el cabello cubierto se considera una "mancha en el honor familiar", una "vergüenza" y una grave falta por parte de la mujer.
¿Cuáles son las consecuencias de la violencia digital para los sobrevivientes y las comunidades?
Las consecuencias psicológicas para las mujeres y niñas víctimas de la violencia digital son profundas y duraderas. Las sobrevivientes suelen experimentar depresión, ansiedad, paranoia y una menor sensación de seguridad, lo que conduce al aislamiento social. Fuentes comunitarias informaron un aumento en las tasas de suicidio entre las mujeres víctimas de extorsión digital. En casos menos extremos, las personas afectadas pueden silenciarse para proteger su privacidad, desactivando cuentas de redes sociales o absteniéndose de expresarse en línea. Sin embargo, esta autocensura les niega la posibilidad de expresarse y el acceso a recursos vitales, como servicios para personas desplazadas o apoyo para sobrevivientes de violencia. Además, el estigma que rodea a la violencia digital, sumado a las actitudes de culpabilización de las víctimas que sugieren que las mujeres "se lo buscan" al estar presentes en línea, exacerba estos efectos. Estas actitudes desalientan a los civiles que han sufrido daños a denunciar sus experiencias, dejando a muchos sin apoyo ni recursos.
Más allá de lo individual, las consecuencias de la ciberviolencia de género pueden repercutir en comunidades enteras. Se han desencadenado tensiones entre tribus por casos de extorsión digital, lo que supone un riesgo significativo de desencadenar violencia familiar. En muchas comunidades de Irak, más allá del sur de Mosul, donde trabaja NP, compartir o amenazar con compartir imágenes comprometedoras se considera no solo una violación individual, sino un ataque al honor y la reputación familiar. Esto se debe a que el honor y la reputación son muy valorados en sociedades tan unidas, lo que significa que incluso la más mínima afrenta puede desencadenar intensos conflictos. Cuando estos actos ocurren, pueden avivar rivalidades o luchas de poder existentes entre familias, exacerbando agravios de larga data, ya que la vergüenza y la humillación asociadas a estos incidentes justifican, para algunos, castigo o justicia, lo que puede manifestarse en represalias violentas. En última instancia, en estas zonas ya afectadas por el conflicto, donde la confianza y la cohesión social son frágiles pero vitales, estas prácticas socavan aún más la estabilidad y la seguridad de la comunidad, lo que perpetúa ciclos de violencia y daño.
¿Cómo está respondiendo el NP en Irak?
Para abordar este problema, NP ha creado espacios seguros para que las mujeres compartan sus experiencias y expresen sus preocupaciones. En 2022, NP organizó dos foros de seguridad comunitaria (CSF) Donde las autoridades locales y las mujeres dialogaron directamente sobre la extorsión digital y temas relacionados. Durante estos foros, las mujeres identificaron deficiencias en las políticas actuales y propusieron medidas para mitigar la extorsión digital. Las autoridades locales, a su vez, aprendieron a responder mejor y compartieron información sobre denuncias anónimas, lo que contribuyó a aumentar la confianza de las mujeres para buscar ayuda. Este diálogo empoderó a las mujeres a compartir historias que antes no se habían denunciado. «Tras el foro, algunas mujeres nos contactaron directamente y denunciaron casos de chantaje». – Representante de la autoridad de seguridad, Foro de Seguridad Comunitaria sobre Extorsión Digital (12 de mayo de 2023)
Además de estos foros, NP ha brindado acompañamiento protector a sobrevivientes que buscan denunciar casos de extorsión digital ante las autoridades, garantizando su confidencialidad y seguridad. En los casos en que no se ha denunciado ningún caso de extorsión digital ante las autoridades, la presencia protectora de NP y su compromiso con la confidencialidad han permitido a los civiles encontrar su propia iniciativa y buscar justicia sin temor a represalias.
Además, para abordar el problema en general y fomentar el debate comunitario, NP organizó más de diez sesiones de capacitación para miembros de la comunidad, incluyendo tanto jóvenes como adultos, para concientizar sobre la extorsión digital, los mecanismos de apoyo disponibles y las opciones de denuncia. Al educar a la comunidad sobre los servicios de salud mental, los canales de denuncia y las líneas telefónicas anónimas, NP contribuyó a fomentar una respuesta más informada y proactiva al problema.
En el sur de Mosul, PN, a través de programas de mentoría, apoyó a equipos juveniles de paz para abordar la violencia digital y otras formas de violencia de género, capacitándolos para actuar cuando estos casos surgen en sus comunidades. Estos equipos también han recibido capacitación en protección civil desarmada y se han convertido en un actor comunitario esencial para garantizar la protección integral a largo plazo de las mujeres y niñas de la zona.
¿Cómo podemos protegernos? s¿Los sobrevivientes son mejores?
El aumento de la violencia digital en zonas de conflicto como Irak tiene implicaciones particularmente peligrosas para las poblaciones en riesgo, especialmente las mujeres jóvenes y las niñas. Si no se aborda, intensifica las tensiones sociales y puede contribuir al aumento o agravamiento de los conflictos comunitarios, manifestándose potencialmente en actos extremos como los crímenes de honor. Si bien organizaciones como NP pueden brindar respuestas importantes, abordar la ciberviolencia de género requiere un enfoque multifacético que incluya la acción de los responsables políticos internacionales. Al reunirse diversas organizaciones y Estados miembros en Nueva York para la CSW69, deberían considerar lo siguiente:
- Educar. Concientizar sobre los daños de la violencia de género transgénero y desafiar las normas de género nocivas es crucial para prevenir estos actos de violencia.
- Adaptar los marcos jurídicos internacionalesAdemás de la concienciación, es urgente fortalecer los marcos jurídicos para exigir responsabilidades a los perpetradores y brindar vías claras para que las sobrevivientes busquen justicia. A pesar de considerarse el modelo más progresista para promover los derechos de las mujeres, la Declaración de Beijing de 1995 no aborda la violencia de género en el ciberespacio ni proporciona directrices para la rendición de cuentas y la justicia en relación con los delitos digitales. Es hora de actualizar y reformar los marcos jurídicos internacionales para garantizar la protección contra la violencia de género en línea y asegurar que los Estados rindan cuentas por abordar este problema creciente.
- Aumentar los servicios de apoyo para los sobrevivientesEs fundamental aumentar la capacidad y la financiación de las OSC y ONG locales e internacionales para que brinden servicios de salud mental, psicosociales, legales y de espacios seguros a las personas afectadas, especialmente en zonas de conflicto y en contextos de desplazamiento. Las personas sobrevivientes de VGFT deben sentirse empoderadas para denunciar sus experiencias sin temor al estigma ni a represalias.