Rido y la reconciliación: un caso de la provincia de Cotabato del Norte

La venganza es profunda. Este es un hecho establecido especialmente en áreas remotas donde se percibe una falta de justicia y seguridad.

Durante años, a veces generaciones, una madre viviría con miedo constante sin saber cuándo el enemigo decidirá atacar, o quién de sus hijos será asesinado a continuación. Durante años, un miembro de la familia participará en un juego mortal de escondite. El juego termina cuando se extermina la línea familiar. Si se trata de una película, "La guerra de los clanes" podría ser un título apropiado. Pero en muchas áreas remotas del sur de Filipinas en Mindanao, lo llaman “rido.”

Rido es un término, derivado de la tribu Maranao, que se usa comúnmente para referirse a las disputas entre clanes. Cuando los miembros participan en actos de represalia, el ciclo de violencia es casi imposible de detener.

Rido ha traído amargas luchas a las vidas de familias enemistadas y grupos de parentesco, así como a comunidades donde han tenido lugar sangrientas hostilidades. El fenómeno no solo ha causado la destrucción de propiedades, sino que, lo que es más importante, ha hecho descarrilar la normalidad de vida de las personas que fueron desplazadas por la guerra.

El rido entre dos clanes dentro del epicentro en el pueblo de Tongganon en el municipio de Carmen, provincia de Cotabato del Norte, se ha estado librando durante años. Se perdieron vidas, se destruyeron casas y propiedades civiles, y las familias se desplazaron una y otra vez a través de varios ciclos en la violenta disputa familiar. Se dice que el rido es uno de los peores en el área de North Cotabato. El equipo de campo de North Cotabato de Nonviolent Peaceforce ha estado monitoreando el conflicto desde 2011, con su enfoque en las preocupaciones de protección civil.

En agosto de 2014, Jóvenes Unidos por la Paz y el Desarrollo (UNYPAD), junto con Iniciativas Locales por la Paz y el Desarrollo (LIPAD), iniciaron un proceso de resolución de conflictos para dirimir la costosa disputa. Este no fue el primer intento, pero las partes interesadas lo ven con confianza como el acuerdo definitivo, en parte debido a la facilitación de personalidades prominentes de una amplia gama de sectores como el Frente Moro de Liberación Islámica (MILF), varios alcaldes de ciudades, así como ancianos moros respetados y datos, o jefes locales de eminencia o nobleza.

Desde el inicio, el Presidente de UNYPAD invitó al Nonviolent Peaceforce (NP) a apoyar el proceso brindando presencia internacional e imparcial. Esto incluyó la presencia en las fases iniciales de la diplomacia itinerante y las reuniones exploratorias que primero se celebraron por separado con cada clan, durante el período más formal de negociaciones hasta el final del proceso de resolución.

Medio año de reuniones y negociaciones culminó en una kanduli, o acción de gracias, y la firma de un Pacto de Paz para celebrar la resolución de la disputa el 27 de enero de 2015. Se establece en el pacto que ambas partes harán todo lo posible para trabajar por la paz y evitar la provocación. En caso de que surjan malentendidos, se resolverán pacíficamente. Las dos familias también seguirán los principios del Islam que destacan la importancia de la confianza y el perdón.

Si bien las propias partes, así como los facilitadores, merecen el mayor reconocimiento por el acuerdo, NP desempeñó un papel vital como observador. Su reputación como organización no partidista e independiente fue la razón principal por la que se eligió a NP para participar en un proceso liderado localmente.

La resolución de conflictos a través de medios noviolentos, como el diálogo, es precisamente el tipo de actividad que NP apoya y promueve. Sin embargo, el éxito de la resolución dependerá en última instancia de la implementación de los involucrados. Esto requiere la sinceridad de ambas partes. Y NP está listo para apoyar a ambos clanes para que mantengan sus compromisos de construir una paz duradera.

Si la transformación de todas las partes es completa, entonces la venganza se convierte en una cosa del pasado.